Datos personales

Mi foto
Buenos Aires, Argentina
rarita.

22.1.14

Hay días en los que me siento particularmente despreciable.
Ayer estábamos viajando en tren y de repente me encontre odiando con intensidad cada cosa que me contaba el. Detestaba la manera en que me miraba, esa ternura infinita que no puede dejar de brillar en sus pupilas cada vez que pasa un par de días sin verme. Era tan estúpida su manera de mirarme, tan pelotudas y triviales las cosas que me decía.
Nos fuimos de vacaciones la semana pasada, juntos todos los días. La madre vino también, error garrafal, tortura absoluta. Me arruinaron el mar, una de las pocas cosas que siempre creí que nadie podría arruinarme nunca.
Después se me pasó cuando empecé a pellizcarlo y a cambiarle de tema, a rogarle que se callara un poco. Vino a casa y tuvimos el mejor sexo de la vida, no me acuerdo la última vez que cojimos tan bien. Y el garche es importante, ¿no?, ¿no?
Si lo dejo, ¿a quien le contaría el todo lo que se guardo todo este tiempo? Porque soy demasiado importante en su vida, no puedo dejarlo solo así. Yo lo salvé de estallar en el silencio y hundirse en el conformismo.
Pero si lo dejo, ¿a mi quien me salva? ¿Quién me haría cucharita cada vez que me sienta miserable? ¿Quién podría reemplazar esos brazos? Sus brazos no existen fuera de el, nada se compara.
¿Por qué no puedo amarlo como en las películas? Darle lo que se merece. Merecer lo que me da.
Soy tan egoista, tan inmensamente egoista.

2 comentarios:

  1. si no sale, no sale.. el cariño, el amor, no se mendiga. es peor vivirlo falsamente. eso no le hace bien a nadie, a ninguno de los dos.

    ResponderEliminar
  2. ¿Qué onda? ¿Todos nos sentimos así? ¿Estaría habiendo una asignación universal? ¿De sentimientos? Es raro.

    ResponderEliminar