Me gusta ver tu cabeza sacudiendose y cada mechón de tu pelo bailando como pequeñas llamitas de fuego castaño, para después posicionarse ridiculamente, desordenados, dejando una estela de aroma a ese shampoo barato que usa la gente como vos y como yo.
Cariño, tus ojos sonríen y yo imagino, perdiendome en tu iris, que este forma un volcán de crater gigantesco y oscuro. Imagino escalar la roca, desgarrando mis piernas y brazos con su textura, para llegar hasta la cima y arrojarme al vacío. Cariño, quiero entregarme a tus pupilas, sumergirme completamente en ellas.
Que hermoso lo que definís de los cabellos ! Son tan, tan sensuales, al igual que las pupilas, al igual que algunas personas completas - por más aparatosas que sean - sin querer caer en lo chabacano. Ayer, justamente, pensaba en todo eso.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo grande, ENORME!
(Sí, es ficción, vivo de eso, de armar mundos) ^^